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Museo Nacional del Virreinato -Estado de México



Acceso
Para llegar al Museo Nacional del Virreinato se puede tomar el tren suburbano en Buenavista y descender en las estaciones de Cuautitlán y/o Lechería donde hay transporte público a Tepotzotlán.  También, se puede llegar por metro tomando la Línea 2 y descendiendo en la estación Toreo Línea 2, por la salida del paradero sur hay servicio de camiones a Tepotzotlán. Además, en la estación Rosario hay servicio de camiones.  



Importancia
El inmueble que hoy alberga al Museo Nacional del Virreinato fue el lugar donde se instauraron tres colegios para los niños indígenas y para los jesuitas.  También, se debe mencionar que a pesar que este inmueble fue abandonado durante mucho tiempo después de que los jesuitas fueran expulsados y sufrió deterioro, si se pudo salvar de la destrucción total y, por lo tanto, actualmente se puede apreciar las cualidades artísticas, estéticas y particulares que hicieron del colegio jesuita el sitio idóneo para albergar un museo nacional que resguardara la historia virreinal de México.  En consecuencia, surgió una política gubernamental orientada a mostrar en diferentes recintos la historia de México en sus distintas etapas, y fue así que se inició la restauración de este edificio para que albergara el Museo Nacional del Virreinato donde se exhiben numerosas piezas de valor artístico e histórico de la época virreinal en México, tales como, pintura, escultura, platería, cerámica, porcelana, etc. 

Historia
En 1606, con el donativo de don Pedro Ruiz de Ahumada se comenzó a construir el claustro de los aljibes donde se quedarían los primeros habitantes del colegio jesuita. Conjuntamente a ello, se empezó a levantar la capilla doméstica que se cubrió con bóveda de cañón y cúpula, y al mismo tiempo, se construyeron la hospedería (hostería) y el portal de peregrinos. Luego en 1670, con el donativo de la familia Medina Picazo, se inició la construcción del templo de San Francisco Javier, la sacristía, la cripta y las capillas anexas.  Además, cabe destacar que todavía se conserva la construcción original del pequeño campanario y la portada lateral del siglo XVII.
A partir de la última década del siglo XVII y con el apoyo de benefactores como Juan Caballero y Ocio empezaron importantes obras de construcción, tales como, los dos niveles del claustro de los naranjos los cuales fueron concluidos en 1708. Después se llevaron a cabo otras obras de construcción, tales como, el refectorio, el ante refectorio, la cava y el frigorífico en torno al patio de la cocina las cuales fueron obras concluidas en 1740. También en este periodo se concluyó el sistema hidráulico que abastecía de agua al noviciado y cuyo cauce desemboca en la fuente de este museo. 

A mediados del siglo XVIII, los colegios jesuitas alcanzaron un auge económico a través de la administración de haciendas que les permitió que el padre rector, Pedro Reales, realizara trabajos de ornamentación en este inmueble.
El templo de San Francisco Javier fue revestido con diez retablos dorados de acuerdo con los cánones artísticos de la época, no solamente eso sino que también en 1760 comenzó la construcción de la actual fachada terminándose junto con la torre campanario en 1762. También, en 1762 se hizo el trazo y barda del atrio de los olivos. Finalmente, en 1964 durante el mandato presidencial de Adolfo López Mateos se inaugura el Museo Nacional del Virreinato que se caracteriza por mostrar al visitante dos espacios diferentes y complementarios: el museo de sitio y el museo histórico. 

El museo de sitio ocupa la construcción original del colegio jesuita donde se muestra la historia de la Compañía de Jesús, y al mismo tiempo, el visitante conocerá y aprenderá sobre la evolución estilística del edificio.
El museo histórico está integrado por las salas de exposición permanente que explican sobre la historia del México virreinal, desde el siglo XVI con la llegada de los españoles a territorio americano hasta el siglo XVIII donde las reformas borbónicas provocaron cambios en todos los ámbitos de la sociedad, y por consiguiente, afectaron a las distintas manifestaciones sociales y artísticas del período virreinal: los talleres conventuales, los gremios, las monjas coronadas, los personajes novohispanos, etc. 
Descripción del inmueble

El edificio fue construido en varias etapas a lo largo de casi dos siglos (1580 – 1767).  Ejemplo, la austera portada lateral del templo corresponde al siglo XVII, pero un siglo después fue elaborada una fachada barroca principal que se caracteriza por estar muy adornada.  Además, este museo tiene tres niveles, es decir, tres pisos, cual forma una red de circulación de corredores internos y cerrados que están conectados entre sí y que unen las dependencias de los diferentes patios aprovechando la topografía del lugar. Los atrios y la huerta rodean el edificio.
Temáticas
El Museo Nacional del Virreinato es un museo que ha sido reconocido a nivel nacional e internacional por ser el museo de excelencia en cuanto se refiere a la historia y al arte virreinal en México, lo cual significa que el visitante a través de este museo podrá conocer, aprender y apreciar todo lo relacionado con el período virreinal en México en los tres niveles que conforman este inmueble.
Templo de San Francisco Javier
El templo de San Francisco Javier daba servicio al colegio noviciado de Tepotzotlán, y fue construido en el siglo XVII y su interior fue remodelado a mediados del siglo XVIII. Cabe destacar que este templo es uno de los pocos ejemplos de templos barrocos en México que todavía se puede apreciar tal como fue concebido y creado originalmente, ya que al interior de este templo se encuentran manifestaciones artísticas barrocas que impactan emocionalmente al visitante que se enfrentaba a ellas.  También, se debe mencionar que los retablos al interior de este templo fueron diseñados y elaborados por Miguel Cabrera e Higinio de Chávez  a mediados del siglo XVIII.
Sacristía del Templo de San Francisco Javier
La sacristía que daba servicio al templo de San Francisco Javier, era un espacio destinado a la reflexión de los padres que oficiarían la misa.  En ella se encuentran grandes cajoneras en las que se guardaban las vestiduras litúrgicas y los implementos necesarios para el culto, así como los cálices y los copones.

La sacristía del templo de San Francisco Javier se caracteriza por tener una serie de pinturas elaboradas por Miguel Cabrera a mediados del siglo XVIII, que describen escenas de la celebración que realizó Jesús con sus apóstoles de la Pascua judía y la Última Cena.  El lienzo de mayores dimensiones, representa a la Inmaculada Concepción con San Ignacio de Loyola.
Casa de Loreto
La devoción a la Virgen de Loreto fue traída a la Nueva España en el siglo XVII por el padre Juan Bautista Zappa, por consiguiente, fue construida una pequeña capilla que es una reproducción de la casa en la que, según la tradición católica, habitaba la Virgen María en la ciudad de Éfeso.  La leyenda cuenta que cuando los turcos estaban por invadir esa ciudad, los ángeles se llevaron volando la casa a Loreto, Italia.  Además, el retablo que ostenta la Casa de Loreto fue elaborado en el siglo XVIII.  En su nicho central se encuentra una escultura traída de Europa en el siglo XVII el cual representa a la Virgen de Loreto. Los óleos sobre tela que se encuentran en los muros de la casa, son de un autor desconocido y describen la forma en que los ángeles cargaron la casa de la Virgen María y la llevaron de Éfeso a Loreto.
Camarín de la Casa de Loreto
El camarín o recámara de la Virgen de Loreto procede del siglo XVIII y estaba dedicado a la imagen que se encuentra en el retablo principal de la Casa de Loreto.  En él debió existir una gran mesa con cajones en la que era colocada la escultura para cambiarle sus ropas y joyas en cada temporada litúrgica y, posteriormente, sacarla a procesión por el pueblo.  También, el Camarín de la Casa de Loreto es un interesante espacio del siglo XVIII en el cual los artistas conjugaron la utilización de técnicas de tradición indígena, tales como, el trabajo de los relieves en estuco policromado, y las de tradición española, como los retablos de madera tallada y dorada.  Además, en la bóveda celestial hay un cupulín que representa a las distintas jerarquías celestiales.
Relicario de San José
El Relicario de San José es una pequeña capilla construida también en el siglo XVIII, anexa a la de la Virgen de Loreto.  Era un espacio dedicado a la meditación sobre la buena muerte y a la castidad de San José como ejemplo a seguir para los novicios.  Acompañando a la Casa de Loreto, y simbolizaba la protección que ejercía San José a la Sagrada Familia y a los cristianos en general.
El Relicario de San José cuenta con un retablo barroco elaborado en el siglo XVIII en cuyo nicho central se encuentra una excelente talla en madera, policromada y estofada que representa al santo. Son de llamar la atención en este espacio, los relieves de estuco policromado en los que es posible identificar rasgos totalmente indígenas, como los atlantes con rebozo y collares de perlas que sostienen los marcos de las pinturas.
Claustro bajo de naranjos 
El claustro bajo de naranjos era el área destinada al descanso y recreación de los novicios en el siglo XVIII.  También, se debe mencionar que en los primeros años del siglo XX este lugar fue un billar y un boliche, además de ser la sastrería en la que a lo largo del año debían confeccionarse las ropas que vestirían los padres, los novicios y los sirvientes.  Además, en la actualidad este sitio es utilizado para presentar exposiciones temporales.
Patio de cocinas
El patio de cocinas formaba parte de las áreas de servicio para el refectorio o comedor.  La fuente al centro del patio abastecía de agua a la cocina, tanto para el consumo y el preparado de las comidas como para la limpieza.  El agua provenía de un manantial cercano al inmueble y era conducida a través de canales de agua rodada.
Despensa, cocina y anterrefectorio
El Colegio Noviciado de Tepotzotlán contaba con los espacios necesarios para guardar, preparar y servir los alimentos.  Anexos al patio de cocinas y el refectorio, se encuentran la despensa, la cocina ambientada como pudo haber estado en el siglo XVIII y el anterrefectorio en el que se encuentran un lavamanos y un torno a través del cual se pasaba la comida al refectorio.
Refectorio
El refectorio era el espacio en el que los novicios y los padres comían sus alimentos. Cuenta con un púlpito para las lecturas a lo largo de las comidas, mesas y bancas sobre tarimas, similares a las que usaban los residentes del colegio.  Los muros están decorados con pinturas de Gonzalo Carrasco, último rector del Colegio en 1914.
Huerta
Al oriente del patio de los naranjos, se encuentra la salida a la antigua huerta.  Esta última tiene una extensión de tres hectáreas y en ella se cultivaban árboles frutales para consumo interno del colegio.  Al fondo de la huerta se ubica una pequeña capilla de planta octogonal construida en el siglo XVIII la cual estaba dedicada a la Virgen de las Nieves.
Portería
La portería es la entrada principal al edificio la cual era custodiada por un jesuita de edad avanzada que gozaba de "buen prestigio" y, por lo tanto, el responsable de impedir que ingresaran personas que podrían representar una mala influencia para los habitantes del colegio.  En este vestíbulo eran atendidos los fieles y los parientes de los religiosos que no tenían acceso al interior.
Claustro bajo de aljibes
La planta baja del claustro de los aljibes era el espacio asignado al colegio para niños indígenas y a la botica o enfermería.  En los muros de los pasillos se encuentran dos series de pinturas que describen las vidas de dos santos jesuitas: San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, y San Estanislao de Kostka. Exposiciones permanentes: El México Virreinal y Tema del mes.
Botica y patio de la enfermería
Cerca del acceso al claustro se encuentra la antigua botica y a través de la ventana se puede observar el patio de la enfermería en el que eran sembradas las plantas medicinales.  La bóveda está cubierta por pintura mural elaborada en el siglo XVII que representa escenas relacionadas con la medicina; tal es el caso de los santos médicos de Cosme y Damián.
Patio de aljibes
El patio de aljibes se llama así por dos grandes cisternas subterráneas que se encuentran en la parte central.  Hasta hoy en día, el agua es dirigida a través de pequeñas compuertas ubicadas en las azoteas, a unos canales adosados a los muros que llevan el líquido hasta los aljibes.  El agua que se almacenaba en ellos era utilizada a lo largo del año para lavar.
Capilla doméstica o de Novicios
La Capilla Doméstica o de Novicios era un espacio dedicado a los novicios y a la que únicamente tenían acceso estos y los padres jesuitas.  Aquí se desarrollaban las celebraciones litúrgicas para los novicios, por lo que en el presbiterio podemos apreciar varias pinturas con escenas relacionadas con las vidas de los jesuitas que debían representar un ejemplo a seguir para los novicios.  Además, la capilla doméstica o de novicios fue construida en los primeros años del siglo XVII y es de una sola nave con techo de bóveda profusamente decorada con yeserías policromadas. Enmarcados en motivos vegetales y geométricos se encuentran los seis escudos de las primeras órdenes que evangelizaron la Nueva España.
Biblioteca antigua
La biblioteca antigua fue una de las principales dependencias de los colegios jesuitas de Tepotzotlán.  El local que hoy ocupa, es el que tenía en 1914, en la última estancia de los jesuitas en esta entidad.  Cuenta aproximadamente con 4000 volúmenes escritos, en su gran mayoría, en latín y español, también hay escritos en francés, portugués, griego y hebreo.
Claustro alto de naranjos
Esta área estaba destinada para el estudio y la habitación de los novicios.  Por tal razón, es que los pasillos de esta planta construida en el siglo XVIII están cerrados y sus ventanas dan al patio.  Aquí se encuentran varias habitaciones y la biblioteca.  En cada una de las habitaciones vivían dos a cuatro novicios. Exposiciones permanentes: Biblioteca "Pedro Reales" , Aposento del Padre Carrasco, El México Virreinal (últimas salas), Marfiles, Porcelanas, y Taraceas.
Aposento del padre Gonzalo Carrasco
El aposento del padre Gonzalo Carrasco -último rector del colegio noviciado de 1911 a 1914-, es una recreación de la habitación que utilizó este último.  El padre Carrasco había estudiado pintura en la Academia de San Carlos, por lo que varias de las obras que decoran esta sala y otras que están distribuidas en el inmueble fueron pintadas por él.
Claustro alto de aljibes
El claustro alto de aljibes era un espacio al que únicamente tenían acceso los padres jesuitas que desarrollaban sus labores en la docencia y guía espiritual.  Las habitaciones de esta planta son las de mayores dimensiones en todo el inmueble y hacían las veces de habitación para los padres.  En esta planta se encuentra también el mirador el cual es un área reservada para el descanso de los padres. Exposiciones permanentes: Artes y oficios en la Nueva España y Monjas coronadas: vida conventual femenina.

Hospedería y caballerizas
Anexo al claustro de aljibes, se encuentra el patio de la hospedería con sus caballerizas.  El estricto cuidado de la clausura obligaba a que los posibles huéspedes se alojaran en habitaciones de esta zona fuera del área restringida.  El patio hacía antiguamente las veces de patio de trabajo, por lo que en él se encontraban las caballerizas y el acceso del campo.  Se debe mencionar que en la actualidad este lugar funciona como restaurante u hostería del convento.
Servicios
En este museo hay taquilla, guardarropa, módulo de información con un horario de atención de sábados a domingos de 9 a 14 horas.  Encargada del módulo de información: Alma Islas.  También, se realizan préstamos de sillas de ruedas y sillas de descanso para los adultos mayores.  Además, en este inmueble existe una biblioteca pública llamada “Pablo Ignacio Martínez del Río.”  Responsable de la biblioteca: Investigadora María de los Ángeles Ocampo Villa.  Informes: lunes, miércoles y jueves de 11 a 16 horas. Ext: 412828.  Correo electrónico: angeles_ocampo@inah.gob.mx.  Horario: Martes a Viernes de 9 a 15 horas.
En la librería Educal, los visitantes podrán adquirir publicaciones relacionadas con el periodo virreinal, las exposiciones temporales y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, así como también, encontrarán artesanías y recuerdos.  Horario: Martes a Domingo de 9 a 18 horas.  Informes: 5876 – 6856.  Correo electrónico: virreinato_museo@librosyarte.com.mx
Hostería del Convento de Tepotzotlán es un servicio de restaurante destinado para eventos empresariales y sociales. Horario de servicio: Lunes a Domingo de 10 a 20 horas. Responsable: Magdalena Balderas M. Informes y reservaciones: 5876 – 0243 / 5876 – 1646 / 5876 – 5561.  Página web:http://www.hosteriadelconvento.com Correo electrónico: hcte@prodigy.net.mx.  También, en este museo se realizan visitas guiadas para público en general, escolares o grupos diversos, tales como, adultos mayores, instituciones gubernamentales, empresas, asociaciones, etc.  Para solicitar este servicio, comunicarse con el departamento de servicios educativos de lunes a viernes de 8 a 15 horas en la extensión 412841.  Finalmente, el museo cuenta con servicio de audio – guía en español de viernes a domingo de 9 a 18 horas. Se debe mencionar que este servicio tiene un costo.
Horario
Martes a  domingo de 9 a 17: 30 horas. 

Cobro de acceso: 75 pesos.
Sitio web y redes sociales
Página web: www.virreinato.inah.gob.mx
Facebook: www.facebook/virreinato
Twitter:@virreinato
Contacto
Cristina Gutiérrez Colín
Correo electrónico: cristinavirreinato@gmail.com
Teléfono: 01 (55) 5876- 9212 ext412835.